Tal vez no regrese nunca. ¿Qué es un país después de todo? ¿Acaso los pájaros y los ríos saben de países y fronteras? Mirálos, fluyen libremente. ¿Le importó al Nápoles que Maradona no fuera su hijo? Si al final, todas las hojas son del viento. Tengo cincuenta pirulos, hace veinte que no te veo, ya no serás la misma, yo tampoco. Podés decirme que regresar no es viajar al pasado, que es sólo moverse en el espacio, un cambio de lugar. Sin embargo, volver sería para mí un viaje en el tiempo. Tengo temor, lo sé. A veces vergüenza. Tengo miedo del encuentro. Tanto miedo y tanto amor, qué voy a hacer. ¿Y si cuando esté frente a vos parecemos como dos extrañas? Hace mucho que no te siento, que no te escucho. ¿Y si la estoy pifiando? Con mi lunfardo, mi filosofía barata, poesía robada, tango y rock nacional. Si estarán todos en Instagram, colgados de los celulares, hablando en jerga desconocida para mí. Tal vez este periplo epistolar haya sido un esfuerzo inútil, hasta ridículo. ¿Quién escribe y envía cartas hoy en día? ¡Si todo es por WhatsApp! Pero todas estas cartas van por mí también. Yo las necesitaba más. Son mis confesiones de invierno y mi aprendizaje. Cada experiencia es única y mi exilio es solo mío. Y uno más. Abrazaré mis contradicciones y nostalgias y voy a hacer las paces con mi vida. Aceptar las cosas como son y amarme tal cual soy, ahora y acá. Suena lindo ¿no?… Voy a quitarme esta idea absurda de volver, abandonar esta obsesión. No será nada fácil dejarte ir. Pero ya no quiero volverme tan loca. Además, estoy harta de tanta melancolía. De sentirme atrapada en el medio de un recuerdo. Yo no quiero esta pena en mi corazón. ¡Basta de flagelo! La alegría no es sólo brasilera ¿lo sabías? ¡Y quisiera ver al mundo de fiesta! Si no regreso, igual me queda la gratitud. Aunque te cueste creerlo, todo lo que soy, me lo diste vos. Llevo tus marcas en mi piel para siempre. Te juzgué tan duro. Pero aprendí a quererte así tal como sos. Si todas tus calles ya son mi entraña. No cambiaría nada. Era yo la que tenía que cambiar primero. Y por favor, no me juzgues vos a mí muy duramente. Que ya me estoy volviendo canción.