Me rindo. Voy a dejar de hacer tanto esfuerzo al pedo para que no te vayas. Si igual vas a hacer lo que querés. Es imposible que intente evitar tu sufrimiento. ¿Cómo puedo saber yo, lo que más te conviene? Alguien se quiere ir, alguien quiere volver. Sos puerto que anhela latitudes lejanas. Siempre igual, los que no pueden más se van. Si querés irte, andáte ¿quién te retiene? Dicen que viajando se fortalece el corazón. Vas a tener tu experiencia, yo ya tuve la mía. No existe una escuela que enseñe a vivir. Los aciertos y los golpes te los das contra la vida misma. Sólo necesitaba desahogarme un poco, nada más. Tener esta charla con vos. Decirte cómo me siento. Que fue duro. Muy duro. Lo perdí todo en la apuesta. Me volví loca en el camino. Me pasó todo lo que no quería. Sobreviví. Ahora está de moda eso de la resiliencia. Te aseguro que yo tengo un master. ¿Sabés lo que me salvó? Ese país nuestro que nos entrena para perder y empezar de nuevo siempre cada día. Puedo reinventarme a mí misma cien veces y me respondo más rápido que los titulares de los diarios, porque de tanto desayunar incertidumbre, desarrollé clarividencia. Cuando llegue, será mi turno de escucharte. Pero antes, quiero regalarte algo. No te ilusiones tanto porque no es el anillo del Capitán Beto. Ni tampoco máspoesía cruel de cafetín de barrio. Menos aún, mis versos más arrepentidos. Sólo te voy a contar mi secreto. ¿Sabés lo que aprendí acá, tan lejos? No importan el lenguaje ni las palabras ni las fronteras. Que vayas donde vayas, hagas lo que hagas, todos buscamos una misma cosa. Aprendí que puede amarse todo. Que el amor no sabe de categorías ni de rangos, se entrega como la luz, sin reparo. Que la amistad y la compasión no tienen bandera. Cuando estés mal, cuando estés sola, la mano amiga llegará justo a tiempo. Lo sepas o no lo sepas todavía, lo niegues mucho o lo disimules bien, vas a buscar amor ahí donde vayas, como buscás al sol. Nadie puede vivir sin amor. Da igual que estés allá o que estés acá. Tarde o temprano, también de vos saldrá la luz. Sólo así serás feliz. Y más vale que salga porque si no, todos nos perdemos algo muy valioso. En el álbum de la humanidad, no sos figurita repetida, nadie lo es. Así que lo que te toque hacer, hacélo lo mejor posible, estés donde estés. ¿Y qué me pasa a mí? Que si pudiera elegir, quisiera ser feliz en Argentina. Y si voy a ser feliz allá, quisiera que estés a mi lado. Hoy, yo soy puerto que mira adentro, y busca desesperadamente la absolución, en tu verde infinito. Aunque ya no tengo más monedas de nylon queme dejen salir… si amor es un pensamiento, tengo que volverte a ver…
Tu carta más profunda y certera llena de frases que me llegaron al alma, identificado al mango.
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Gracias Gustavo, por leer y comentar, Martina se va transformando, la alquimia de las cartas 😉
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